La primera imagen de un torero sentado que tenemos en la Fundación es un dibujo a tinta de 1935.
Caballero recuperó la imagen en 1983 para ilustrar el libro de Bergamín “Al Toro”, pero finalmente no entró en los 20 aguafuertes de los que se componía la edición.
En 1987 la imagen del torero sentado si se publicó como uno de los 14 aguafuertes de la edición de bibliofilia de “La suerte o la muerte” de Gerardo Diego.
50 años de una misma imagen, de una misma silueta persistente en la imaginación.